El otro día leí un artículo en una revista sobre la educación fuera del colegio. Creo que aunque decía cosas muy obvias vienen bien de vez en cuando recordarlas.
Los padres deben de dedicar tiempo no solo a la educación escolar de sus hijos, deben de ir un paso mas lejos. Deben de saber dedicar tiempo a plantar una semilla y verla crecer, a mirar a las estrellas una noche bonita, a hacer una caballa, a pasear por un bosque o por el campo, a construir una maqueta.
Pero si encima eres padre de un
niño con dislexia debes de hacer algo más. Debes de involucrarte a tope en el
colegio de tu hijo. Debes de ser el primero en ofrecerte voluntario para
cualquier excursión. Debes de ser la madre adorable para ir a la biblioteca a
contar cuentos. Debes en resumidas cuentas aprovechar cada oportunidad para
intentar caer bien al profesor de tu hijo para que te ayude y te haga la vida
un poco más fácil. Además es una oportunidad extra para saber como va tu hijo,
para contarle al profesor como ves que va o cualquier cosa por tonta que
parezca sobre tu hijo. Es una oportunidad para ver como se desenvuelve con el
resto de sus compañeros, como es él en el aula. Hacer que tu hijo se sienta rey
por un rato, con su madre de la mano camino de la excursión o sentado a tu lado
mientras lees en la biblioteca un cuento. Solo verle su cara merece la pena. Yo
tengo que reconocer que hay veces que me da una pereza tremenda, pero creo que
es necesario y muy útil.