Si claro que vinieron los Reyes y con ellos llegó la
rutina del día a día. No se para vosotros como es lo de la vuelta al colegio, pero para mi es un horror. Aparecen deberes que no nos habíamos acordado de
hacer, luego resulta que eran más largos que lo que creíamos, además el libro no sabemos donde lo hemos dejado
y por cierto el viernes examen de
uno, dictado de otro y encima los
regalos de los reyes en el cuarto deseando jugar con ellos. Hasta organizar la mochila supone todo un
reto. Hemos perdido el hábito, no
nos acordamos del horario y encima
no aparece el estuche. Cuando por fin aparece el dichoso estuche, por supuesto
no está completo falta justo el bolígrafo
que queríamos y la regla ha
desaparecido por arte de magia. La casa está todo menos ordenada y hasta
encontrar la ropa de deporte es una aventura…
Así poco a poco intentas apagar los fuegos inmediatos
para entrar con no muy mal pie en el nuevo
trimestre. Nos ponemos a hacer los
ejercicios de lengua, resulta que nos teníamos que haber leído cinco
fábulas de La Fontaine para rellenar un cuadro comparativo. Me imagino que lo
normal para cualquiera de las amigas de mi hija es que eso les lleve como mucho
una hora larga, para nosotras fue una tarde entera. Las fábulas las habíamos
leído en las vacaciones, pero por supuesto no nos acordábamos, encima rellenar un cuadro comparativo…¡Horror! Vuelta a empezar de cero, pero como los
Reyes fueron generosos, saco mi
“espíritu zen”, mi paciencia y manos a la obra.
Poco a poco fuimos
releyendo cada una de las fábulas, viendo su estructura y su moralidad. Yo
se las iba leyendo en alto y ella en
silencio me iba siguiendo. Entonces me acordé de algo que leí en un libro
estas Navidades, igual de importante es
el tiempo para estos niños que la lectura auditiva. La finalidad de la lectura no es otra que el acceso a la información, a
conceptos y a aprender, para poder llegar a adquirir un razonamiento
fundamentado donde relacionemos todos los conceptos aprendidos, y si encima
logramos un espíritu crítico ¡mejor! Como somos muy tradicionales nuestro sistema se basa en la lectura
visual y sobre soporte de papel. No entiendo como no somos capaces de evolucionar en este aspecto,
pues junto con la lectura visual está la
auditiva y la de los dedos o digital. Un ciego no usa la visual y no por
eso sabe menos, o se le considera menos listo o se le bloquea el acceso al
conocimiento.
En la sociedad del conocimiento en que vivimos a
nuestros hijos disléxicos se les bloquea el acceso a la información, al
aprendizaje y a los conceptos pues no se les deja leer de otra forma que no sea
visualmente, si pudiesen leer auditivamente todo cambiaría. Cambiaría tanto
que quizás no necesitarían tiempo extra,
serían igual de rápidos que el resto de sus compañeros. Pero por desgracia
seguimos en la misma época que La Fontaine y leemos igual y todo se aprende de
la misma forma….
Espero que el año que viene no se nos olvide pedirle a
los Reyes Magos que les traigan a los
colegios una explicación sobre las distintas formas de leer, la finalidad de la
lectura y como nos puede ayudar que
nos dejen leer de manera auditiva. Sobre todo el día del examen leyéndonos las
preguntas y los dichosos comentarios de texto.
[tags] dislexia, disléxico, madre, dificultades, esfuerzo,trabajo,lectura, lectura visual, lectura auditiva[/tags]
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