No se si alguna vez habéis sentido esa sensación. Yo la he tenido multitud de veces con mis hijos. El rendimiento escolar de los niños disléxicos es como una montaña rusa, un sube, sube y un baja, baja y por supuesto no falta la sensación de vértigo, de no saber si llegará arriba o si será capaz de aguantar la caída. Además suele ser un baja, baja y luego un sube, sube. No nos olvidemos que son disléxicos y empiezan todo de forma distinta. Con lo cual la montaña rusa es más espectacular, te desorienta más y te da más sensación de no saber donde te encuentras.
El otro día vi un vídeo en you tube sobre la dislexia. Era una psicóloga irlandesa decía que a estos niños les cuesta mucho aprender las cosas fáciles y que en cambio les cuesta menos aprender las cosas más difíciles. ¡Es cierto! Es increíble, os podría poner infinidad de ejemplos del día a día de mis hijos. El otro día una de mis hijas, María la cuarta, tuvo un examen de matemáticas. Multiplicaciones y divisiones de decimales. Lo estudiamos en casa, lo preparamos bien, hicimos infinidad de ejercicios. Le puse todas las preguntas que le podían preguntar, de las distintas formas que le podían poner los enunciados de los ejercicios y nos fuimos al examen. Además de ser disléxica es una niña muy nerviosa, muy, muy dispersa y la concentración le cuesta muchísimo. No es muy segura en si misma, y la autoestima la tiene un poco escasa. Pero es muy buena persona, capaz de ayudar a quien sea, y con una empatía por el prójimo, con una sensibilidad , que hacen que sea alguien muy especial. El caso, es que el lunes vino con su nota a casa. Venía entusiasmada, además de haber sacado una buena nota, al parecer la profesora le dijo que fue la única en hacer bien un ejercicio. Como os lo digo, hacen de una manera sencilla lo difícil y en cambio en lo básico se atascan de una manera, que llegan a parecer hasta torpes. Estos días así estas arriba de la montaña rusa. La noche antes del examen estábamos que no sabíamos si llegábamos y... lo logró. Eso si, puede que la semana que viene le pongan un examen de cálculo, muy básico de tablas de multiplicar y no lleguemos ni siquiera a aprobar.
Mis hijos son en cuanto a su rendimiento escolar una montaña rusa, pero si comparamos la evolución desde septiembre cuando empezó el curso hasta ahora, la evolución siempre muestra una progresividad, una evolución hacia arriba. Esa progresión es la que tienen que ver su profesores, la que hay que evaluar y calificar. Hay que pararse de vez en cuando, pues en esos "baja y sube", pierdes la perspectiva, la evolución y crees que jamas van a ser capaces de llegar. Pero si que llegan, son capaces. Son capaces de dejar a lo largo del curso a sus profesores con la boca abierta, pues no se esperaban ese rendimiento de ellos.